“Cada vez que hablas de tristezas, hablas de alegrías”… Es cierto, lo mejor de nosotros procede de lo peor… El amor existe porque hay desamor… El bien por el mal, el mítico Ying y Yang de la filosofía oriental.
Una de las herramientas que el hombre desarrolló en su evolución, fue la de manipular y explotar a sus iguales, para de esta forma conseguir ventaja en la vida grupal.
Esta manipulación se basa en el engaño, dicha posibilidad le hizo más inteligente…
"Si es que esto es inteligencia".
Las alianzas del hombre con sus semejantes, la inteligencia social, en la mayoría de los casos, están fundamentadas en esta capacidad de engaño. Como explica Mark Rowlands en su libro El filósofo y el lobo, “nos volvimos más inteligentes para poder entender mejor lo que pasa en la cabeza de nuestros semejantes y, de este modo, engañar y utilizar en beneficio propio”.Otro de los fundamentos del desarrollo de la humanidad reside en superar obstáculos. Para ello es importante aprender a equivocarse. El error es el inicio de muchos aprendizajes, eso sí, “cuando repites un error ya no es un error, pasa a ser una decisión”.
Una persona entrega todo por algo cuando lo ve como algo propio… Si puede aportar ideas, tomar decisiones… gozar de independencia y libertad… Entonces se implicará en su totalidad. Si existe una jerarquía, una estructura organizativa descendente, demasiado control… No habrá implicación. El talento tiene alas.
"Un viejo cuento indio cuenta que, una vez, un anciano se hallaba con su nieto y le explicó: mira hijo, me siento como si hubiera dos lobos pelándose entre sí en mi interior – ¿sí abuelo?- preguntó el nieto – ¿y cómo son? – uno, es un lobo feroz, hambriento, exigente, agresivo, siempre al acecho de que se concedan sus caprichos, de que le preste atención… implacable; el otro, es un lobo bueno, atento, sagaz, sabio, paciente y no me exige, sino que, muy al contrario, me aconseja y me guía… -¿y cuál de los dos lobos ganará la batalla abuelo?- inquirió el nieto" – AQUEL AL QUE YO DECIDA ALIMENTAR.
Sinceramente pienso que es así, en el interior de cada persona existe el Ying y el Yang, lo positivo y lo negativo, lo masculino y lo femenino, alma y ego, una dualidad difícil de soportar a veces y que comulga a la perfección otras.
Como decía el cuento indio, esas dos partes se hallan en el interior de cada ser humano, peleando, bramando por ser escuchadas, implorando un lugar en la persona y sólo al ser humano corresponde, una vez que las reconoce, el poder de elegir a cuál de las dos DECIDE ALIMENTAR

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